La Puerta de Brandeburgo (Brandenburger Tor) es un emblema histórico y cultural de Berlín, destacando como una de las antiguas puertas de entrada a la ciudad y un símbolo icónico de su identidad. Inaugurada en 1791 en la Pariser Platz, su imponente presencia neoclásica evoca la grandeza de la antigua Acrópolis de Atenas.
Con 26 metros de altura, esta monumental construcción fue coronada en 1795 con una cuadriga de cobre representando a la Diosa de la Victoria en un carro tirado por cuatro caballos, aunque la estatua original resultó destruida durante la Segunda Guerra Mundial, siendo reemplazada por una réplica en 1969.
A lo largo de su historia, la Puerta de Brandeburgo ha sido testigo de momentos gloriosos y sombríos, desde la pompa real hasta los desfiles nazis, así como los estragos de la guerra y la división de la ciudad durante el período de la Guerra Fría.
Tras la reunificación de Berlín en 1990, la Puerta de Brandeburgo recuperó su lugar como uno de los lugares más emblemáticos y visitados de la ciudad, brillando tanto bajo el sol como iluminada por la noche. Es un punto de referencia fundamental para los turistas, que acuden para capturar su majestuosidad en fotografías y para maravillarse con su presencia mientras exploran otros lugares emblemáticos cercanos como el edificio del Parlamento, Pariser Platz y la Potsdamer Platz.